martes, 20 de diciembre de 2011

Hecha dama


Nacida en una pequeña isla, una flor. Crecida en un pequeño tiesto que la amarraba a un pequeño pedazo de tierra. Odaly un día comenzó una transformación para todos inexplicable y creció para resultar mariposa. Voló entonces y desde lo alto contempló toda aquella gente tan curiosa. Ella no los entendía, pero esa incomprensión tampoco le causaba tristeza. Simplemente ellos estaban allí y como todo, dentro de ellos había belleza.
Odaly revoloteó sobre todas las cabezas y adoptó todo lo bello que podía tener un ser humano. Con el tiempo tuvo que posarse y por encontrarse entre personas, decidió hacerse pasar por una de ellas. Mas Odaly no es como los demás. Sus ojos, no sé porqué, los imagino de un verde meloso y embaucador que se plasma en la retina, brillando ante tus ojos incluso cuando bajas los párpados. Su voz es tan risueña que los pájaros callan para aprender de ella. Ante tal combinación, no es extraño descubrir que cada una de sus palabras tiene un significado especial cuando las pronuncia y en cierta forma te deslumbra. No se sabe lo que es Odaly, pero tampoco es algo que importe, basta con saber que es la belleza personificada. La belleza de espíritu hecha dama.

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